Gracias a las facilidades que nos ofrece la aplicación gratuita de mensajería instantánea más utilizada en el mundo, la comunicación con nuestros clientes (y potenciales) se ha visto mejorada un 1000×1000… Pero no todo vale a la hora de intercambiar información con ellos. Toma nota de lo que NO está permitido hacer a través de WhatsApp para evitarte muchos disgustos.
No te vamos a descubrir la rueda con WhatsApp. Es una herramienta fantástica para establecer una comunicación fluida y correcta con nuestros clientes o con aquellas personas que puedan estar interesadas en nuestros productos y/o servicios: permite el envío de documentos, fotos, enlaces, videos, hacer videollamadas y un largo etcétera… ¡Un puntazo!.
Nuestra primera recomendación es que utilices Whatsapp Business si tu negocio es una pyme: sigue siendo gratuita, al igual que la versión Whatsapp Messenger, incorpora una versión para navegador, cualquiera de las dos partes puede iniciar una conversación y te permite realizar algunas automatizaciones (como p. ej enviar mensajes de bienvenida o respuesta a tus clientes cuando estés ausente o no disponible).
Además permite profesionalizar tu imagen digital: logo, horario comercial, email, catálogo de productos o página web son fácilmente configurables a través de la app.
Pero no debemos olvidar que no deja de ser un canal por el que se están intercambiando datos personales (y en algunos casos, incluso de salud) y que por tanto su uso está sujeto a la legislación de Protección de Datos y al de la Propiedad Intelectual.
Presta atención a los siguientes puntos, porque realizarlos podría ser un acto ilegal e incluso considerarse delito.
- Difundir o reenviar contenido audiovisual de carácter sexual, íntimo o vejatorio que recibas en tu teléfono móvil. Es de sentido común (¿a que no te gustaría ser el protagonista de esos videos difundidos sin tu consentimiento?)… Compartirlos es un acto poco ético e irrespetuoso, pero lo que mucha gente no sabe es que el simple hecho de reenviarlos supone un delito (con penas económicas e incluso de prisión).
- Enviar “pantallazos” con conversaciones privadas sin el consentimiento de la persona involucrada. Recuerda que cualquier transmisión de información personal está sujeta a la normativa de protección de datos. Este hecho se agrava cuando en la conversación se pueda estar aludiendo a hechos o referencias que vulneren el derecho al honor y/o intimidad de la persona titular de esos datos, que podría ejercer su derecho a reclamar daños y perjuicios.
- Difundir contenido audiovisual (imágenes, videos, audios) de una tercera persona sin su consentimiento. Aunque el contenido difundido no sea constitutivo de delito el simple hecho de compartirlo sin el consentimiento de la persona implicada ya daría pie a una ilegalidad, y en determinados casos, como los de descubrimiento y/o revelación de secretos, es un acto todavía más penalizado.
- Crear un grupo de WhatsApp profesional sin pedir autorización previa a los futuros participantes. El año pasado, la Agencia Española de Protección de datos impuso una sanción a un club deportivo que creó un grupo de WhatsApp y agregó a una exsocia (https://www.aepd.es/es/documento/ps-00260-2021.pdf).
- Crear un grupo de WhatsApp corporativo con participantes que no se conocen previamente. Piensa que si se incorporasen individuos a un grupo sin su consentimiento previo, sus datos personales (nombre, número de teléfono, foto personal, etc… ) quedarían expuestos. Para evitarlo es necesario obtener de forma individual el consentimiento y crear una lista de difusión, ya que este tipo de listas permite el envío de mensajes individuales sin exponer ni comprometer datos de terceras personas.
